Por: Salvador Vázquez-Diéguez
Son aquellos que se han dejado llevar por el espíritu del amor. Cuando estás triste, ahí están para consolarte; si estás feliz, son los primeros que se gozan en felicitarte y en compartir ese momento de alegría.
No hace falta que pienses en ellos porque ya están pensando en ti, en cómo ayudarte, en buscar un momento para manifestarte su amistad.
Buscan el momento más propicio para decirte unas palabras, no se esmeran en grandes discursos. Para ellos no importa la edad, el color de piel, el nivel económico sino tu sinceridad. Es por eso que se estiman por amor, no hay otro camino que el amor reflejado en la lealtad.
En sus labios se encuentran palabras de aliento, alegría y esperanza que saben emplearlas cuando más las necesitas. En sus miradas se refleja el ánimo con el que te quieren ver triunfar en la vida, el orgullo que sienten cuando cumples tus metas.
Los amigos son iguales a cualquier otro conocido, pero a la vez diferentes, porque con ellos compartes secretos; y son capaces de hacer lo que los otros no harían: guardarlos, y al día siguiente no dicen nada, porque los han guardado en su corazón.
Son capaces de ofrecerte su corazón con franqueza, de darte una sonrisa sincera, de hacerte un ligero regaño, de derramar una lagrima inocente, de pedirle a Dios por tí cuando más lo necesitas.
Buscan tu superación y están seguros de que cuando te realices, ellos quedarán realizados también, por que en su alma quedará la satisfacción de haber contribuido al crecimiento con alguien a quien aman.
Saben que la regla de oro es el respeto, y es por eso que admiran tus hazañas. Cuando hay un mal entendido saben olvidar, porque saben que la amistad es algo de lo más sublime que Dios entregó a los hombres en el amor.
Juegan en el mismo equipo, en el partido de la vida y se entregan al máximo, son capaces de hacerse a un lado para que tú metas el gol y enorgullecerse como si ellos lo hubieran anotado.
Están contigo durante algún tiempo, pero saben que tomarán caminos distintos, que algún día se encontrarán en las veredas de la vida para recordar juntos las hazañas y las conquistas que hicieron, pero sobre todo para prepararse a iniciar nuevas aventuras.
Ellos son los amigos, ¿cuantos tienes? ¡quiérelos!, quizá están esperando esa llamada, ese E-mail o esa oración que tanto necesitan, dime cuántos amigos tienes y te diré qué tan dichoso eres.
No cabe duda que los amigos son uno de los regalos más preciados y que pueden hacer feliz a un ser humano.
¿Y cual es tu experiencia acerca de la amistad?
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