Mi corazón te busca, mi corazón desea estar contigo, y no descansa hasta que tú seas el Centro de mi vida. Mi corazón y mi ser entero gritan junto a ti de alegría; la alegría de mi corazón joven, eres tú. Dios de la vida. ¡En tus manos de Padre, he encontrado morada, Señor Dios mío! ...Vale más un día en tu casa, junto a ti que me amas, que mil donde tu presencia no se encuentra ni se siente; estar contigo, junto al hogar de tu bondad y cariño, es más grande que ir de un lado a otro buscando hojarasca. ¡En tus manos de Padre, he encontrado morada. Señor Dios mío!
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