Estás clavado en la cruz, colgado del madero, por ser coherente con tu vida, Señor Jesús; apareces a los ojos ciegos como un maldito, y eres para el que se te acerca señal de contradicción. Eres bandera discutida; ante ti nadie puede ser neutral; eres locura y vergüenza para el hombre que te rechaza; eres sabiduría y poder de Dios para el que te acoge. Eres, Señor Crucificado, la lealtad de Dios en la historia; eres manifestación de la gloria de Dios al hombre; eres fuente de vida y camino de salvación. Aquí estoy ante ti, callado y desconcertado; fascinado y atraído por tu presencia; aquí estoy asombrado ante el final de tu vida; aquí estoy, Señor Jesús, en camino de búsqueda. Quiero preguntarte desde el silencio profundo: ¿Por qué te llevaron a la cruz como un maldito? ¿Por qué te acusaron de blasfemo y subversivo? ¿Por qué callaste y no tuviste defensa propia? ¿Por qué te abandonaron los tuyos a la hora de la verdad? ¿Por qué se hizo ausente tu Padre Dios en
ESTE BLOG PRETENDE SER UNA HERRAMIENTA PARA LA JUVENTUD CATOLICA, EN EL PODRAS ENCONTRAR MATERIAL PARA LAS REUNIONES DE LOS GRUPOS JUVENILES.