Este es un testimonio real de un joven...
...Lo he comprobado por experiencia propia, me enamore perdidamente de una hermosa chica, nuestra relación como amigos era fantástica yo estaba enamorado de ella mas no éramos novios, éramos los mejores amigos, hasta que un día el deseo y la pasión fue muy fuerte y le robé un beso quizá el principio fue un tanto inocente, a partir de ahí las cosas cambiaron le perdí el respeto, nos perdimos el respeto mutuamente, quizás porque yo la orille a ello de eso estoy plenamente conciente y asumo mi responsabilidad, llegó al grado que casi tuvimos una relación sexual, a partir de ahí el egoísmo lleno mi corazón, el deseo de tenerla cerca arruino todo, echó a perder una relación hermosa, fantástica, todo por buscar de mi parte tener solo unos ratos de placer, grande fue el precio que he tenido que pagar por llegar hasta aquí, nos hicimos mucho daño.
No se trata de buscar un culpable, eso no lleva a ningún lado, el daño ya esta hecho y aun así por el amor de nuestro padre Dios aun hay tiempo para reparar nuestras faltas.
A la fecha seguimos siendo amigos pero no es lo mismo que ayer, falta la magia de la alegría, de una amistad pura, basada en el amor, en el respeto, en Dios.
Estamos en proceso de purificar nuestra relación de amistad, solo nos veremos lo necesario, hablaremos por teléfono y mensajearemos relativamente poco, cuando era una practica común entre nosotros día tras día. Hasta que todo vuelva a estar bien, como antes, quizás pueda ser muy rápido, quizás lleve un poco de tiempo, no lo sé, Dios nos conceda el tiempo que sea necesario.
Es difícil sanar las heridas pero Dios y el tiempo harán su trabajo, he puesto esta situación en manos de Jesucristo mi Señor, para que fortalecidos en su Espíritu nos devuelva algún día esa alegría sana y verdadera de vernos el uno al otro cara a cara con la misma alegría de antes, esa alegría que no debió perderse y que se destruyó el día que la pasión y el egoísmo echaron raíces en nuestros corazones, esto que puede sanarnos de verdad, es el amor, ese que siempre debió y debe permanecer en nuestras vidas
Espero alegremente el día en el que ella y yo podamos volver a vernos frente a frente sin rencor, sin dolor, el día en que volvamos a ser los mejores amigos, el día en que con un abrazo y una sonrisa sincera sabiéndonos perdonados mutuamente, nos veamos a la cara y podamos decirnos. Aquí estoy amiga, aquí estoy amigo, cuenta conmigo, aquí estoy de nueva cuenta, que nuestra amistad sea…para siempre. Si, estoy seguro que ese día llegara y solo podrá lograrse cuando reine en nuestros corazones el verdadero amor.
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