Qué es rezar el Rosario
Rezar el Rosario no es otra cosa, más que encontrar un camino para estar con Jesús y María. Meditando los misterios de Sus vidas, estaremos con Ellos: ya sea que se trate del gozo de la Natividad; la solemnidad de la presentación en el templo; o bien, de la agonía y el sudor mezclado con sangre, derramado en el huerto; del dolor de las heridas infringidas por el flagelo, la corona de espinas, el peso de la cruz y la crucifixión. Si en estos misterios nos unimos a Jesús y María a través de la oración, habremos asegurado con Ellos el gozo de la victoria sobre el pecado y la muerte; habremos logrado con Ellos el triunfo del Espíritu Santo en nosotros y la victoria final en el Cielo.
Por tanto, rezar el Rosario no significa ocultarse en algún lejano rincón, viviendo apartados del mundo. Significa más bien, prepararnos para aceptar cargar la cruz: la nuestra y la de los demás, de la misma manera que Jesús y María cargaron la suya.
Al mismo tiempo, estar con Jesús y María significa, enfrentar problemas y dificultades y sin embargo, no amargarse por eso. Estar con Ellos significa, experimentar desprecios y humillaciones y sin embargo, nunca albergar el deseo de venganza. Estar con ellos significa avanzar por el camino del hombre que cree en el Dios que nos salva y que todo lo renueva.
Toda oración puede rezarse de prisa, de tal suerte que aún cuando hayamos orado mucho, al final no habremos tenido un encuentro personal con Jesús y María. Si oramos así estaremos perdiendo el tiempo y no llegaremos jamás a gustar de la oración. Orar es como encontrarse con un amigo. Si nunca tenemos tiempo para él; si el tiempo que le dedicamos es demasiado corto; si le hablamos de mal modo, habremos condenado a esta relación a morir.
Es importante entonces, dedicar tiempo suficiente al rezo del Rosario y a toda oración.
En este opúsculo se presenta el rezo del Rosario -misterios gozosos, dolorosos y gloriosos- con meditaciones bíblicas y oraciones particulares. También se hacen algunas sugerencias para el rezo del Rosario de la Paz y el Rosario de Jesús.
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