Nazareth de Galilea, año cero. Una jovencita, casi una niña (tendría entre 14 y 16 años aproximadamente) recibe una inusual visita, su nombre era María. Gabriel, este era el nombre del ángel, “Salve Maria, el Señor es contigo”, el ángel le anuncia que ha de ser la madre del Mesías anunciado por los profetas, la madre del Salvador de Israel y Salvador del mundo, ella acepta con sus sencillas palabras “he aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. La primera dificultad de haber aceptado al salvador y concebir por medio del Espíritu Santo, es que, ella no era una mujer casada, y el quedar en esta situación en este tiempo era castigado con la muerte, su suerte debería ser morir apedreada, aun así sabiendo a lo que se arriesgaba dijo sencillamente “SI” al dador de la vida, ciertamente ella se desposaría prontamente con José, con quien estaba comprometida, este era un humilde carpintero, hombre piadoso y lleno de Dios, pero... ¡como le diría a José que esperaba un hijo q
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